La Directora de la Fundación de Colegios Mayores MAEC-AECID
y la Directora de la T. L. H. Rafael Montesinos
se complacen en invitarle
se complacen en invitarle
a la sesión 1652ª
Martes, 14 de diciembre de 2010 - 19´30 horas
Martes, 14 de diciembre de 2010 - 19´30 horas
Colegio Mayor "Nuestra Señora de Guadalupe"
Avenida de Séneca, 4 Madrid
Jesús Hilario Tundidor
leerá poemas límites de Un único día
presentado por Javier Lostalé
CANTO OSCURO PARA UN CENICERO
SOLEMNEMENTE y como
un rito: cae, golpeada, la ceniza.
Pregunto en qué manera si no hubiese
sol o luz y sombras, podríamos
representar el tiempo,
medir la carne y la distancia.
Algo más que mentira
o azar. Yo necesito algo
mayor que la tristeza. Lo ido
ido, primavera o noche
y alfarería. Como tú,
viejo cacharro útil, ¿qué memoria
te queda? No nos separa el corazón. El frío
con que recibes, el amor
con que pierdo. Es cuestión de palabras
pues que de pronto crece,
- cómo sé cómo yo y en qué manera -
el dolor, y ya es viejo en edad
y tiene faldas
de mujer que en la noche busca sitio.
Ni soliloquios ni vagar por nubes,
aquí, sobre el barro que te hace panza
y preñez y te asolera
lleno de lo que en cada instante
te cedo por mi daño, tal vez
por mi victoria pues que vivo
y perduro, tú, viejo
cenicero, recoge
lo que estoy siendo sobre
lo que fui, y aún seré,
y sé mi amigo
en cada tiempo cuando
cae la ceniza y pierdo
no un instante, sino mi vida toda.
SOLEMNEMENTE y como
un rito: cae, golpeada, la ceniza.
Pregunto en qué manera si no hubiese
sol o luz y sombras, podríamos
representar el tiempo,
medir la carne y la distancia.
Algo más que mentira
o azar. Yo necesito algo
mayor que la tristeza. Lo ido
ido, primavera o noche
y alfarería. Como tú,
viejo cacharro útil, ¿qué memoria
te queda? No nos separa el corazón. El frío
con que recibes, el amor
con que pierdo. Es cuestión de palabras
pues que de pronto crece,
- cómo sé cómo yo y en qué manera -
el dolor, y ya es viejo en edad
y tiene faldas
de mujer que en la noche busca sitio.
Ni soliloquios ni vagar por nubes,
aquí, sobre el barro que te hace panza
y preñez y te asolera
lleno de lo que en cada instante
te cedo por mi daño, tal vez
por mi victoria pues que vivo
y perduro, tú, viejo
cenicero, recoge
lo que estoy siendo sobre
lo que fui, y aún seré,
y sé mi amigo
en cada tiempo cuando
cae la ceniza y pierdo
no un instante, sino mi vida toda.
PASIONO
VINE a nacer con olas y tornado
de sangre-españa fraternal y mía.
Crecí en el miedo. Ahora, todavía
recuerdo el mar aquél que yo he heredado.
Toda mi suerte ha sido mi pecado
mayor y noble: la melancolía,
junto a una profesión que no quería
y cien poemas que os he entregado.
Tuve a la tierra así de compañera,
la hembra por varón, y porque sueño
tengo la humilde sencillez del leño
en llamas, que da todo y nada espera.
Y amo la paz, y el viento, y la quimera
de los hombres iguales, y es mi empeño
la luz, la luz hermosa y perseguida
y amo, tal como es, la puta vida.
Jesús Hilario Tundidor
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