Tertulia Literaria Hispanoamericana
Rafael Montesinos
Curso LX
La Directora de la Fundación de
Colegios Mayores MAEC-AECID
y la Directora de la T. L. H. Rafael
Montesinos
se complacen en invitarle a la
sesión
1691ª
Martes, 9 de abril de 2013 - 19´30
horas
Tres poetas de viaje.
Dusica Dann, Octavio Uña Juárez y Manuel Quiroga Clérigo
que leerán poemas de sus libros
Otro modo de tristeza, Dusica
Dann
Cierta es la tarde, Octavio Uña
Juárez
Volver a Guanajuato, Manuel
Quiroga Clérigo
Tertulia Literaria Hispanoamericana
Rafael Montesinos
Colegio Mayor “Nuestra Señora de
Guadalupe
Avenida de Séneca, 4 28040-Madrid
Dusica Dann, Manuel Quiroga Clérigo,
Marisa Calvo y Octavio Uña Juárez
BAJO EL SOL ARDIENTE
Bajo el sol ardiente de la antigua Grecia
una joven ha roto el jarrón.
Siglos después,
coleccionistas de antigüedades
se llevaron los pedazos de tierra tostada
a todas partes del mundo.
Mientras bajo el sol grande de Grecia
por siempre quedó
una grieta, línea curva del dolor,
que nadie compró.
NOSTALGIA
Todavía ando por el espacio
apoyándome a una sonrisa
que se separó aquella tarde de sus labios.
Tal vez esto es el poema del amor,
en dueto con la lluvia por techos antiguos,
dispersándose.
Mientras el viento lleva olor lejano
del desierto y de dátiles,
mezclado con un mudo largo llanto.
Inconsolable.
EL GRABADO
En alguna parte, en el fin del mundo,
los ojos grandes de un niño solitario
flotan entre las plumas.
Indiferente ante una puerta: un perro pequeño.
Duermo bajo el canalón gélido.
Me acaricia la noche con su mano escalofriante.
Los jinetes en el horizonte metálico.
Las torres de Turgun sobre la colina
apagaron la velas en sus ventanas.
El viento ojea un libro antiguo,
sueño letras extrañas.
Los santos descalzos andan sin voz,
las aureolas tras ellos como cadena flotante.
Un rayo parte el cielo en trozos para alguien.
Sola.
Duermo al lado de la pared de piedra.
Dentro de mi acristalado el silencio.
DUSICA DANN, del libro
"Otro modo de tristeza"
3 poemas de VOLVER A GUANAJUATO
PRESENCIA
Para
Asela
Hija mía, tan lejos
queda tu voz frecuente
que aún parece infinita
la perpetua distancia
de los montes antiguos
y los mares pacientes.
Ningún
sonido ingrato
me ocultará tus pasos
ni las nubes con lluvia
me robarán tu imagen.
Sólo te digo ahora
que dejes tu presencia,
perfumada y alegre,
al borde de mis sueños
y cercana de un viento
que pausado me hable.
Ya que
sigues llamando
de forma intermitente
a las puertas abiertas
de la vida azarosa
serás más que un rumor
para mis lentos pasos
y eres todo el futuro
de mis vacías tardes.
Hija
mía, tan cerca
querré estar de tus horas
que ninguna ola sucia
enturbiará los días
en que sigas cercana.
Guanajuato,
1 de Diciembre de 1994.
NUNCA
VIVIR LEJANOS
Un minuto de antes era una
eternidad,
ese mundo cerrado en el que
nada cabe.
Sabemos que eran sueños,
incertidumbre, truenos
o acaso horizontes ya cerca del
fracaso.
Era esperar un soplo de
infinitos milagros
donde apenas cabían
adolescencias breves.
Un segundo tan solo sería cruel
tortura
en la que todo queda tan
quieto, tan lejano.
Antes de la llegada al lugar de
la cita,
a los piés de la estatua, al
rincón indicado
vivíamos espacios de soledad y
ruína.
Era como mezclarse con las
horas antiguas
en el ámbito triste de
nebulosas sucias.
Tantas horas sin besos, sin
realidad, sin nada
parecían la historia de
recientes pecados.
Recorrer una noche o intentar
un paisaje
supondría de pronto inaugurar
los bosques
con esas cercanías de
invisibles espejos.
Tanto dolor culmina en
violencias o histerias
regresando con calma del fondo
del deseo.
Serán los universos de adioses
perdonados
donde nombrar las horas de
lejana intemperie.
Nunca esperar la luna
recorriendo tranquila
los complacidos cuerpos,
siempre soñar mil besos.
Guanajuato, 2 de diciembre de
1994.
UN
POEMA EN GUANAJUATO
Para Félix Grande
“Las palabras eran nuestros mayores” (Félix Grande).
No
dejes de escribir un poema incesante
en las brumas doradas de esta
ciudad en calma.
Es una villa hermosa de
ventanales limpios
con sus cielos y espadas
rodeados de azul.
Cuando un día te encuentres en
pleno Guanajuato,
subas hasta los cerros o bajes
a las plazas
comprenderás de pronto que hay
algo diferente.
Para poner tus versos en un
papel de plata
caminarás paciente por calzadas
y cuestas.
Tú eligirás la musa, el momento
y el tema;
por ejemplo la lluvia, las
mujeres hermosas,
la Catedral barroca, las
esquinas antiguas.
Pero es cierto que nunca
regresarás de nuevo
al Callejón del Beso o al
Teatro Juárez
si no escribes entonces una
porción de estrofas
en un mundo de arraigos llamado
Guanajuato.
Hablarás de las minas, del olor
de la tarde;
nombrarás sutilmente tanta
belleza intensa
que yace abandonada en fachadas
y esquinas.
Harás algún recuento de las
ranas despiertas
vigilando la leve ciudad de los
tarascos,
el Patrón San Ignacio
presidiendo los siglos,
la piedra humedecida, las
calles subterráneas,
este cielo sin luna, tan alto,
palpitante.
Existe un universo abierto a
las miradas
como fiel laberinto de tantas
inquietudes
donde existen oficios de poetas
y arcángeles.
Por eso es obligado que
escribas un poema
si alguna vez tus pasos te
traen a Guanajuato.
MANUEL QUIROGA CLÉRIGO
PROXIMA SESIÓN
Martes 28 de mayo
Clausura del LX Curso
Maxi Rey
Antología videográfica
de
la Tertulia
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