martes, 29 de abril de 2014

Sesión 1700ª. "Poesía y Más Allá". María Antonia Ortega y Dusica Nikolik.





Tertulia Literaria Hispanoamericana
Rafael Montesinos

Curso LX
La Directora de la Fundación de Colegios Mayores MAEC-AECID
y la Directora de la T. L. H. Rafael Montesinos

se complacen en invitarle a la
sesión 1700ª

Martes, 22 de abril 2014 - 19´30 horas


Poesía y Más Allá
María Antonia Ortega
Dusica  Nikolik

Leerán poemas publicados e inéditos


      Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos
                                                   Colegio Mayor “Nuestra Señora de Guadalupe”
                                                         Avenida de Séneca, 4       28040-Madrid
*****







María  Antonia  Ortega   y   Dusica  Nikolik




















Poemas del libro “Otro modo de tristeza


MOMENTO ÍNTIMO

Yo vivo en los espacios
de sus manos
y en los sueños de tierras lejanas,
montañas nacaradas.
Entre la intimidad del viento y de las hojas,
en una huella debajo de la piel.
En infinitas moléculas minerales,
en aroma de café por las mañanas…

Cierro los ojos
y pienso:
como sería el grito
cuando en el Universo nació el Silencio!



HUELLA


Como cualquier otro polvo.
Tu corazón deja la huella
cual caracol.
Húmeda y brillante
en el principio,
se está secando,
y el viento la dispersa
como cualquier otro polvo.




COMO LA MAR

Igual como los sueños…
Como la ola
que solo toca la orilla,
y otra vez
es sólo mar…
Así vengo hacia ti.

      DUSICA  NIKOLIK
















La poesía es la fertilidad
de la soledad,
y su placer genesiaco,
su racimo de uvas negras.

Fecundidad biológica
la de la flor
con sus pétalos
en forma de cruz.

Y el lenguaje
es tan piadoso con ella
que no dice se pudre
sino se marchita.
Y todavía se conserva
entre las páginas de un libro,
como la poesía
que no está en sus hojas
sino entre ellas.

Poesía como callejear
bajo el arco de la atracción
por el laberinto.

Dios es que la vida
ya viene a mí,
y no yo a ella.
Lo trae la fiesta de la calle.

El viento húmedo
conserva el aire familiar
de un pariente lejano.

Nací del entusiasmo
de mis padres jóvenes,
pero también de mi propio dolor.

No me basta con ser
sólo un ser humano,
sino también su soledad
y su misterio.

         MARÍA  ANTONIA   ORTEGA






































¡Yo no digo muerte,
yo no grito silencio!
Sino que invoco el misterio.
Sin él no es posible la vida humana.
Da sombra.

Fecundidad espiritual:
No la flor, sino el Verde
de la parra,
del laurel,
del castaño.

Crear una gran soledad,
la puerta rota
de la casa del poeta Aleixandre,
muy fresca como un emparrado,
tiene tanto o más valor
que crear una gran familia,
su prole es más numerosa:
Da a los demás sombra.

       MARÍA  ANTONIA  ORTEGA




























POEMA DE MEDIANOCHE

Sintiendo el tiempo oxidado.
La circulación turbia de la noche
fría el alma.
Versos en forma de dolor.
Cuerdas y flautas
cálidamente
cortan los recuerdos
que quedan al inicio del sueño.
Eco de una canción olvidada
intenta penetrar el alma,
y se pierde
en el abismo de la noche.





OTRO MODO DE TRISTEZA

Buscando pedazos de estrellas,
camina descalzo por el desierto
el Dragón Plateado.
Desde su propio cuento
cayó en granitos de arena.
Mientras
traduzco sueños
al idioma de las plantas…
Otro modo de tristeza...

     DUSICA  NIKOLIK










Yo ya no necesitó más amor
sino libertad,
si no es que esa libertad
no sea el auténtico amor
y el verdadero vínculo
con los demás.

Mi alma es antigua
y ya no volverá a reencarnarse;
por eso necesito el desierto
y los días de luz interminables,
igual que antes la proximidad
de los cuerpos.

Ayer
cuando regresé a mi jardín
vi como las dalias
habían florecido
al final del verano,
más hermosas que las rosas
pues sus pétalos
no se pueden arrancar,
y vi también a una mujer
jugando sola.

Los antiguos agricultores
construyeron sus viviendas
para ser enterrados debajo.
Pero mi huerto está demasiado cerca
del mar.
Es al que vienen las gaviotas,
y está abonado con yodo,
tan blanco.

Debajo de mi casa
sólo hay un árbol,
y debajo del árbol
está el Dios de mi juventud,
y más abajo todavía
una mujer que juega sola.

          MARÍA  ANTONIA   ORTEGA































Próxima  sesión

Martes, 6 de mayo de 2014

Marta López Vilar
Presentada por José Cereijo





Sesión 1699ª. Federico Leal. Presentado por Javier Lostalé.






Tertulia Literaria Hispanoamericana
Rafael Montesinos


Curso LX
La Directora de la Fundación de Colegios Mayores MAEC-AECID
y la Directora de la T. L. H. Rafael Montesinos

se complacen en invitarle a la
sesión 1699ª

Martes, 25 de marzo de 2014 - 19´30 horas


Federico Leal  leerá poemas publicados e inéditos.

Presentado por Javier  Lostalé



Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos
Colegio Mayor “Nuestra Señora de Guadalupe”
Avenida de Séneca, 4       28040-Madrid
*****






Federico  Leal, Marisa Calvo  y  Javier Lostalé

































































EPIGRAMA

Nadadores en la lisura del agua,
aunque compitan dándose la espalda
con libros amuletos, se deslizan
los amigos que sólo este afán tienen:
Ser bien reconocidos como excelsos.
Y unos a otros se llaman poetas
y qué locos están y qué ciegos.



PISCINA Y SAUCE

Vibra su copa al viento aún cálido de septiembre.
Bajo su sombra, yacente boca arriba
leo en las hojas de sus ramas como en páginas escritas.
Ellas me turban más que cualquier libro
de aquellos que contuvo el anaquel
de una casa en otro tiempo mía.

En este lado el agua lisa
y arriba nubes ambulantes.
Nos dicen que hay que vivir el presente.
Pero dónde y cómo escanciar un sueño
si vivir es aprender del pasado.

Tendido sobre la blandura del césped.
Absorto entre las ramas de este sauce
ajeno a todas nuestras mezquindades


       FEDERICO  LEAL
























BRASAS QUE SE APAGAN

Fuimos hechos de cieno y estampidas
para no estar nunca satisfechos.
Como tolvanera espejeante,
cuyos remolinos de luz se filtran,
veo todo lo que hiciste de mí:
un tipo desconfiado, sin escrúpulos
y con el sexo siempre a punto de estallar.
Oxidado en perpetuas nostalgias que se orean
como las de los trenes y las ropas al sol.
Llegué hasta ti celoso, bien armado
para conquistar tu sangre de hierro.
Cuando no eras más que mi reflejo
combinado de luz imaginaria.
Mi propio ardor de ser otro en tu carne.




VARIACIONES SOBRE LOS MUERTOS I

Julio, suave sonar de fuentes y encinares.
Otro encaje de luz se filtra bajo las hojas.
Tendido en la hamaca
me llega el silbido del cedro que apenas se agita.
¿Por qué salir más allá del porche?
La sierra azul y el mundo al alcance de la vista.
Y aunque se oye difuso el tren de las dos
el pueblo queda lejos.
Y todo es sosiego, lealtad de granito milenario
fresco aún en la fiesta del mediodía.
Es la casa del padre que dormita a la sombra.

No sabes cuántas veces quise traerte a este refugio.
Cuánto derroche de razones para convencerte.
Ahora que de nada ya sirve
bendigo la distancia que de ti me aparta.
Ahora que ya a nadie más busco
este día celebro colmado de fe.

           FEDERICO  LEAL














NOCTURNO

Oigo música para llamar al silencio;
esta noche lo invoca el canto de los grillos
que se ocultan detrás del escombro del parque.
Que se hospedan aquí pese al brutal rugido
de la ciudad que sin razón amamos
y que ya es imbatible en su fracaso.

Julio exhala su ardor rojo y noctívago
y es como si en su combustión anunciase
que hemos de estar para algo más en esta vida.
Para algo más que una ilusión invicta
entre el arbusto cuajado de espliego y la palabra.
Para no siempre ceder ante las cosas del mundo
que a menudo significa renunciar a ser libres.
¿Cómo entender si no el prodigio del martín pescador,
del águila o la libélula sobrevolando el pantano?
¿Cómo explicar el milagro de la música
prendido en los zapatos de baile de un mendigo?

Esa misma música me dice:
Oscura incertidumbre que resuelta
por la noche nos acosas
sin dejar rastro en el tiempo.

No es posible buscar desde el abismo.
Una pletórica indulgencia encuentro a cambio,
densa y estéril como frutos de arizónica
que liban las polillas embaucadas por su olor.
- un olor que se masca como goma arábiga -

Ni el disco solar ni la noche me alumbran,
ni me habla tu voz por ningún recodo
pero tampoco, has de saber,
se ensombrece la hora del relevo.


CENTRO DE MAYORES


Aunque todo lo que no se prohiba
será  ya de obligado cumplimiento,
ésta no es mi guerra
-me dije- .
De hecho sólo me importa
lo que me llega desde la nueva aplicación
para teléfonos inteligentes.
Pero entonces
por qué sigo contando ancianos analógicos
danzando en sillas de ruedas.
No es un morbo extravagante, no.
Ellos son la  verdadera atracción de este Centro.
Y en ellos sólo veo el porvenir
desde esta ventana que opera como bola de cristal.
Los observo extasiado mientras palpo
la redondez del piercing en mi ombligo.
Mientras desahucian a mi padre
de la certeza de volver a andar.

      FEDERICO  LEAL