Tertulia Literaria Hispanoamericana
Rafael Montesinos
Curso LVIII
La Directora de la Fundación de Colegios Mayores MAEC-AECID
y la Directora de la T. L. H. Rafael Montesinos
se complacen en invitarle a las
sesiones 1660ª,1661ª y 1662ª
Rafael Montesinos
Curso LVIII
La Directora de la Fundación de Colegios Mayores MAEC-AECID
y la Directora de la T. L. H. Rafael Montesinos
se complacen en invitarle a las
sesiones 1660ª,1661ª y 1662ª
Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos
Colegio Mayor “Nuestra Señora de Guadalupe”
Avenida de Séneca, 4 28040-Madrid
Metro Moncloa
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Martes, 5 de abril de 2011 - 19´30 horas
José Luis Morales leerá Soleás en compañía. (Inéditas)
presentado por Vicente Martín Martín
***
Martes, 12 de abril de 2011 - 19´30 horas
Juan Pastor leerá poemas del libro Dominios de matiz y otros inéditos
presentado por Diana Cullell
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Martes, 26 de abril de 2011 - 19´30 horas
Verónica García leerá poemas publicados e inéditos
presentada por Fermín Higuera
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Martes, 5 de abril de 2011 - 19´30 horas
José Luis Morales leerá Soleás en compañía. (Inéditas)
presentado por Vicente Martín Martín
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Martes, 12 de abril de 2011 - 19´30 horas
Juan Pastor leerá poemas del libro Dominios de matiz y otros inéditos
presentado por Diana Cullell
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Martes, 26 de abril de 2011 - 19´30 horas
Verónica García leerá poemas publicados e inéditos
presentada por Fermín Higuera
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(Introducción del escribano,
con reconocimiento de maestro)
El son de la soleá
me lo enseñó Rafael
Montesinos. No sé más.
Ustedes podréis juzgar
si lo he aprendido bien
o lo he aprendido mal.
(Preparativos para el quirófano)
Saludé con cortesía
y sin temblar a la muerte,
y eso la dejó aturdida.
Luego recobró su aplomo,
me devolvió la mirada
y me hizo bajar los ojos.
(Para Luis López Anglada, al alimón con Montesinos)
Saber que viene la muerte
y no poder esperarla
despierto, qué mala suerte.
Y cuando despiertas ya
no puedes verla. Se ha ido
porque no sabe esperar.
(Post-operatorio con herida en el abdomen)
Lo peor de no morirse
habiendo estado tan cerca
es lo que duele reírse.
José Luis Morales
***
EPÍLOGO
La estación del otoño
(Del libro “Dominios de matiz”)
El otoño bajaba como una espesa baba amarillenta a los recintos sumergidos del alma.
De No amanece el cantor. JOSÉ ÁNGEL VALENTE.
I
NO TE DARÁS CUENTA. Y cuando tú menos te lo
pienses, resulta que para entonces, ya lo habrás
perdido casi todo.
Aquellas sensaciones que marcan su tiempo de
estación.
La capacidad de respuesta y la de todo su ciclo.
Campo cerrado para la ilusión.
Para superar y poder llegar, hasta su ya vieja y
cansada reivindicación de la luz.
Pero también vive la estación del otoño. Es su
tiempo y amanece. Hace frío y la luz se deja
ver por en medio de sus reflejos.
Aunque todo franqueado por dos paréntesis hacia
dentro. Y como una consecuencia de su pesada
lentitud.
Tú eres la caricia que necesita sentir en la sombra
tu mejilla.
A pesar de que nunca. Jamás había estado, ni había
sido pronunciada.
Pero tampoco ahora. Donde habrían quedado
sepultadas, por el humo y fuego de mis labios.
Presiento un camino en soledad. Largo y abrupto.
Muy pesado y marcado por la indiferencia.
Aunque seguimos y también podemos decir que
florecen los espacios.
Todo se cubre de niebla. Hasta la línea horizontal;
frontera y blanqueada claridad de la tarde
cuando agoniza.
La oscuridad de la noche. La negra línea que se
rompe. Y también la claridad de su frontera
que divide.
Los dedos que cansados de tu pesadez cabalgan
sobre la horizontal.
Alegría prolongada que se manifiesta en cada hoja y
cuando llega, palidece y nos recorre.
Sentimientos de nostalgia, que están ahí. Para
esperar y dejarles hasta morir.
Roto en pedazos y con remolinos de humo. Con
agitado viento y nubes de ceniza.
Juan Pastor
***
CRISTAL
La palmera no es número
a pesar de ocupar su fracción
decimal en la línea de playa
y permanecer tras el vaivén
de pasos que se oxidan.
No hay daño en las barcas
que se mecen,
no miente el alisio cuando
azota las banderas.
Pero mi corazón arde
como gasóleo en cerilla
es hoguera que celebra
el ascenso prendiendo nubes.
La calma se desborda
y expulsa su arena
por boca tubular
que rompe el mí más agudo.
No es hora de abrir el sexo
y succionar la ola,
es tiempo de saltar la valla
que eclipsa el camino
y caer sobre los pájaros muertos:
Andar sobre las aguas
que hoy son cristal y abandono.
Verónica García
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